Boletín-05 / julio 2020

ACOAIH 4 y de valor emocional son imprescindibles para integrarlos en una solución armónica entre ambiente y tecnología. (Cedrés de Bello y Mora, 2012). A pesar del uso de tecnologías avanzadas que en gran medida garantizan la su- pervivencia de los pacientes, diseñar un ambiente sanador óptimo implica algunos retos de diseño muy especiales relaciona- dos con el aire acondicionado, las instala- ciones eléctricas y gases medicinales que dan soporte al equipamiento médico y la tecnología propia, con los factores que determinan el confort ambiental como son: los ruidos, la iluminación y la calidad del aire (pureza, temperatura y humedad relativa), y el control de las infecciones asociadas al uso de las tecnologías y procedimientos diagnósticos, donde el rol del diseñador es fundamental. El diseño de los ambientes donde este importante y vital trabajo se realiza es cada vez más importante para los médicos, enfermeras, pacientes y familia- res, entre otros. 1. OBJETIVOS Y METODOLOGIA El objetivo de este trabajo es comunicar algunos aspectos fundamentales para el diseño de dichas unidades, así como establecer las distintas tipologías, las diferencias y requerimientos de dichas unidades entre sí, dependiendo del tipo de paciente y su patología. Los criterios expuestos son producto de revisión bibliográfica, de proyectos, visitas a hospitales, ponencias en congresos, en- trevistas con los usuarios y revisión de las normas que aplican. Es oportuno men- cionar la relevancia de las visitas técnicas, pues generalmente no se consiguen publicaciones de los planos ni las carac- terísticas programáticas de esos hospi- tales, además de obtener respuestas y evaluaciones de los usuarios en relación al uso del espacio, su diseño y funciona- miento, sumados a la observación directa de parte del investigador. 2. ANTECEDENTES La Medicina Critica es una de más jóvenes especialidades médicas, se puede decir que nació en los años 1950 en Europa, en América Latina las primeras unidades de cuidados intensivos fueron instaladas a finales de la década de 1960 y comienzos de los 70. En nuestro país se crea oficial- mente el servicio de Medicina Critica en los hospitales de alta complejidad (tipo III y IV) en la década de los 80s (según decreto presidencial publicado en Gaceta Oficial No. 284.598 de fecha 21-05-83). La norma- tiva oficial que regula los requerimientos arquitectónicos y ambientales de estas unidades aparece en 1996 (MSAS, 1996). Algunos autores (Vázquez, 2012) definen dos tipos de pacientes a quienes se des- tinan estas instalaciones: a) el paciente crítico, el cual presenta una inestabilidad fisiológica en la que pequeños cambios funcionales pueden llevarlo a un serio

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